A pesar del ruinoso estado de este balneario, entre sus paredes aun se puede respirar parte de la grandeza que tuvo en su época de esplendor. Sus pasillos, habitaciones y suelos poco a poco se derrumban y me temo que poco le queda ya de vida a este gran conjunto de edificios erigidos en 1829 para alojar a un buen número de clientes y visitantes que se sentían atraídos por los beneficios de las aguas sulfurosas que de allí brotaban y que aún a día de hoy, te acompañan a lo largo del recorrido con su peculiar olor. En 1958, una inundación destrozó de tal manera las instalaciones, que obligó a su cese definitivo. Desde entonces, poco a poco, se ha ido apagando el brillo, desapareciendo sus detalles, desconchándose sus paredes. Esto es, lo que pudimos encontrar durante nuestra visita....
Y para terminar, me ha hecho gracia incluir alguna antigua imágen del balneario para hacerse a la idea lo que fue en el pasado
Hola, Morgana.
ResponderEliminarSoy una estudiante de fotografía y me gustaría acercarme a este lugar para realizar unas cuantas fotos para un proyecto en el que estoy trabajando.
¿Hay alguna dificultad para entrar? ¿Hay alguien vigilando la zona o algún peligro?
Gracias de antemano,
Veronika.